Ayudar a comprender y enseñar a comprender: necesidades de los alumnos y necesidades de los profesores
RESUMEN Y ESTRUCTURA DEL TEXTO DE EMILIO SÁNCHEZ MIGUEL. SUGERENCIAS PARA SU
LECTURA Y DISCUSIÓN
En estas páginas se proponen algunas claves para entender por qué los cambios
en las prácticas de aula han sido menos acusados de lo esperado o deseado. Para
ello, se plantean dos reflexiones entrelazadas. La primera alude a que quizás hemos
simplificado el reto que el alumno debe afrontar para llegar a ser un lector
competente y, como consecuencia, se dibuja un mapa del apoyo que necesitan que
es insuficiente y, quizás, engañoso para sus profesores.
La segunda es que no hemos valorado adecuadamente el reto de los profesores
para asumir esos cambios en sus prácticas que parecen tan razonables considerando
el punto de vista de lo que necesitan los alumnos; consecuentemente, se les puede
colocar ante retos inapropiados que dificultan más que facilitan su desarrollo
profesional.
Repárese que se utiliza la primera persona del plural para mostrar que se está
revisando críticamente un estado de cosas que uno mismo ha contribuido a crear.
Ateniéndose a este doble análisis, se defiende que cualquier innovación que
queramos suscitar debe contemplar tanto las necesidades de los alumnos como la de
los profesores en un proceso que ha de ser gradual y sostenido. Es importante
destacar que al considerar las necesidades de los profesores se busca garantizar que
esa innovación sea viable y al tener en cuenta las de los alumnos que resulte
relevante. Así pues, se trata de buscar cambios relevantes y viables en un proceso
de desarrollo profesional que ha de ser gradual y sostenible. Todo ello se ilustra al
final de estas páginas analizando tres posibles cambios: intensificarlo que se hace,
añadir nuevos recursos o tareas y transformar la práctica.
Estas páginas han sido redactadas siguiendo fielmente este mismo recorrido:
primero se revisará el problema de las necesidades de los alumnos, después las de
los profesores y, finalmente, se tratará de aclarar en qué consiste un cambio
gradual y sostenible. Todo ello se verá precedido de una breve introducción en la
que se justifica la necesidad de contemplar al mismo tiempo las necesidades de los
alumnos y las de los profesores.
Sugerencias para la lectura de estas páginas
Estas páginas no tienen mucho sentido si no se está de acuerdo en el punto de
partida: que los cambios en el aula han sido menos brillantes de lo esperado.
Además, dado que toda la argumentación está basada en evidencias concretas y
es necesario detallar el modo como se obtuvieron, el volumen de información puede
resultar abrumador, de ahí que se sugiera una primera lectura de carácter selectivo
que incluye: a) detenerse en la introducción, que es esencial para todo cuanto
sigue, b) leer únicamente las conclusiones en el apartado correspondiente a las
necesidades del alumno, c) realizar una lectura más atenta del reto del profesor y
d) una lectura exhaustiva del apartado dedicado a la propuesta de un cambio
gradual. Sobra decir, que cada lector es libre de afrontar estas páginas según sus
gustos y preferencias.
Sugerencias para la discusión
1. ¿Podemos crear un consenso sobre lo que necesitan los alumnos para llegar a ser
buenos lectores?
2. ¿Podemos al menos delimitar cuáles son realmente las diferencias entre unas
posiciones y otras?
3. ¿Se puede asumir que cuanto más sabemos de las necesidades de los alumnos, más
compleja se vuelve la tarea de los profesores?
4. ¿Cómo podemos saber si un cambio en las prácticas es pequeño, grande o mediano?
5. En el texto se distingue entre cambios que suponen tan sólo hacer más lo que ya
viene haciendo, cambios que suponen añadir nuevos recursos o tareas a lo que se
hace y cambios que requieren transformar lo que se hace ¿cuántos de los cambios
que uno ve deseables caen en cada una de estas categorías?
Emilio Sánchez Miguel